martes, 12 de febrero de 2008

A un Año del Gran Proyecto. Nada que Celebrar. Señora Michelle Bachelet: ¿Ha Tenido el Agrado de Viajar en Transantiago?


7 meses han transcurrido de la publicación de mi artículo “Juan Carlos y el Transantiago. Una experiencia llena de recuerdos, resentimientos y amargura”.

12 meses o un año ha transcurrido de la inauguración del Gran Proyecto de Transporte Urbano denominado “Transantiago”.

Son 12 meses o un año caracterizado por el más completo e inhumano de los caos urbanos. El más indigno y desfachatado proyecto jamás creado por la Concertación de los Partidos de la Democracia.

El negocio mejor elaborado por los empresarios del transporte público, quienes son los únicos beneficiados con tanta parafernalia y discurso político. El Metro de Santiago saca cuentas extremadamente favorables.

¡Y era muy obvio! Nuestra despreciable y fascista Alianza por Chile ha sacado sus garras, utilizando a la gente pobre para generar más conmoción en las masas enajenadas.

Tan estúpidos y mal intencionados son que han sido capaces de utilizar a las famosas “micros amarillas” para defender sus pacatas ideas. Las “micros amarillas”, aquellas en las cuales me ofendieron y violaron mis derechos sólo por ser escolar y pagar 100 pesos.

Ahora yo me formulo la siguiente pregunta: Señora Michelle Bachelet, ¿Ha tenido el agrado de viajar en Transantiago? La respuesta es obvia. De haberlo hecho aplicaría un valor central de sus ideales socialistas que pregona: la empatía.

Sra. Presidenta: ¿Sabe usted que hay gente de escasos recursos que debe gastar más recursos para movilizarse a sus empleos? ¿Sabe usted que el costo de la vida sube y los sueldos no? ¿Sabe usted cuál es el valor de un kilo de pan?

La respuesta es obvia. Ni idea debe tener. De lo contrario estos malestares sociales no tendrían cabida en nuestro país. Sin embargo usted se legitima por su pertenencia a un Partido Político denominado Socialista, el cual no tiene nada de Socialista.

Así como usted hay miles de malandrines y malandrinas esperando la ocasión para tomar un trozo de torta y tragársela lo más rápido posible para comer más. Pero, también hay quienes tenemos derecho a disfrutar del pastel.