Nota: Esta es una historia completamente ficticia. Surge producto de mi atrofiado pensamiento. Sin embargo, algo de verídico hay en ella.
Ustedes son las primeras personas en saberlo. Es algo que he mantenido en secreto por mucho tiempo. También forma parte de mi vida y en cierto sentido determina lo que soy y puede esperarse de mi.
Les presento a mi hermano gemelo. Su nombre es Calixto Jeremías. Es un Monje Anacoreta que actualmente forma parte de la Orden de San Jerónimo en una desconocida llanura desierta en las fronteras entre España y Francia.
Nuestro parecido físico es impresionante. Ambos somos morenos, 1 metro y 74 centímetros de altura, 66 kilogramos, cuerpo proporcionado, un poco delgados, las mismas ojeras arabescas, color de pelo castaño oscuro y ondulado, ojos marrones oscuros, manos grandes, cara cuadrada, mentón y pómulos definidos, nariz algo puerca, cejas semi-pronunciadas, sin rasgos evidentes de alopecia y labios bien formados y gruesos (envidia de mucha gente).
Sin embargo, nuestros perfiles psicológicos son extremadamente disímiles. Luego los detallaré.
Nuestra historia no es tan diferente a las transmitidas por las patéticas teleseries mexicanas o venezolanas. Nuestra historia es simple y predecible. No por eso menos importante.
Un día 24 de diciembre de 1977, en un hospital rural de Peñaflor, atendido por las Hermanas de la Perpetua Indulgencia, sin mayor conocimiento mi madre dio a luz a dos hermosas criaturas a las 23.35 horas.
Por órdenes de la Madre Superiora del Convento Margaret Tatcher, se sugiere el arrebato de uno de los recién nacidos. Ella había recibido el mandato de la Orden Sectaria Opus Dai con sede en Roma. A su vez, esta rama del Catolicismo Fundamentalista recibía órdenes cabales desde el F.B.I.
Pero esta cadena de mandatos no finaliza aquí. El F.B.I recibía órdenes de Richard Nixon, quien ya había dado ciertos consejos y ayudas varias a Augusto Pinochet. Éste último personaje se transformaría en el personaje más despreciado por uno de los protagonistas de esta historia.
Augusto Pinochet había soñado que nacerían en Chile dos criaturas extremadamente críticas, disonantes, antisistémicas, pseudos comunistas y anarquistas. Eran evidentemente una amenaza para su mandato. Da entonces la orden de eliminar a todos los gemelos nacidos en el mes de diciembre en el país.
Ante esta orden, quienes tienen conocimiento del nacimiento de estas dos criaturas tomaron la opción de arrebatar una de ellas. De este modo no habría evidencia de un doble parto.
Los y las funcionarias de hospital, frente a la ternura y belleza de los recién nacidos, se niegan rotundamente a la eliminación de uno de ellos. Deciden acérrimamente separarlos de por vida.
En Peñaflor mi madre jamás se percata del robo de mi hermano gemelo, quien fue expuesto desde ese entonces a la socialización católica en un Monasterio de los Monjes Cartujos Contemplativos de San Bruno en Charteuse de Sélignac, Francia.
Calixto Jeremías fue un niño bastante tranquilo y obediente. A los 4 años de edad ya leía y se entretenía descubriendo los pasajes bíblicos. Su pasatiempo favorito era memorizar los Salmos y pulir las campanas del monasterio. Para él vivir en este mundo era una bendición y siempre relacionaba todo con la divinidad mayor.
Juan Carlos era lo contrario. Si bien leía desde los 4 años, fue lejos el niño más hiperkinético de la familia. Simplemente no acataba órdenes ya que desde su incipiente anarquía percibía que el mundo era una escoria. ¡Sin Dios y sin ley! ¡Sin Viejito Pascuero y sin regalos!
Como pueden apreciar Calixto Jeremías es muy católico y apegado a esta doctrina. Juan Carlos es completamente Ateo. Uno ríe fácilmente, él otro no. Uno disfruta del pan de cebada, el otro de la cebada transformada en cerveza.
Ahora que se han enterado de esta premisa mía, narraré en la próxima publicación más detalles.