miércoles, 12 de septiembre de 2007

La Suma de los Días. La Última Obra de Isabel Allende. Me Alegra Demasiado su Honestidad.


En mi primer escrito de este Blog, “Desde Mi Incipiente Lucha Hasta Mi Anarquía En Constante Crecimiento. ¡Cómo Hemos Cambiado! Mi Presentación”, expuse nítidamente mi pasión por la lectura. Sin embargo debo reconocer que no soy de aquellos “lectores iluminados” y descalificadores de cuanto texto o libro se les enfrenta.

Recuerdo haber mencionado, y aún lo mantengo, que desde mi infancia la apetencia por la lectura se orientaba hacia la Mitología Griega, los Cuentos Chinos, Sirios e Indios y la Historia y Geografía. A partir de los 10 años de edad recuerdo el inicio de mi “ralladura de papa” por el Diario de Ana Frank. Debo reconocer que aún la “rallo” y más finita por ella.

En plena adolescencia mi intereses se mantenían y se incorporaban paulatinamente los libros que en Liceo jamás me hicieron leer. Recuerdo haber leído “Mala Onda” de Alberto Fuguet por lo menos 5 veces. Participaba además de un taller literario en el cual nos potenciaban la lectura alternativa y nacional. El profesor era recién egresado de Pedagogía en Castellano del Pedagógico. Ante la conmoción causada en sus anticuados colegas, quienes recomendaban El Mío Cid Campeador, aquel joven docente fue despedido injusta e inexplicablemente.

Ya en la universidad, y completamente influenciado por la Ideología Marxista, mis orientaciones hacia la lectura dieron un vuelco notorio. Marcuse, Bakunin y Moulián ejemplificaban en parte mis preferencias. Sin embargo, un rememorable día jueves tuve en mis manos “Paula” de Isabel Allende. Desde aquel jueves la lectura en mi vuelve a padecer otro notorio vuelco. Desde aquel instante Isabel Allende ha pasado a ser una persona completamente presente en mi cotidianeidad y netamente admirable.

Hasta la fecha aún leo cuentos chinos, sagas de vampiros, el Diario de Ana Frank, Las Venas Abiertas de América Latina (recomendado) y por supuesto los escritos de Isabel Allende. Mis preferencias hacia este tipo de escritos ha sido más bien acumulativa. Lectura fácil de digerir y significativa para mis fines prácticos. Nada más que eso.

He adquirido la última novela de Isabel Allende. Se denomina “La Suma de los Días”. Quedo impactado aquel día viernes en el cual paseaba por el Centro de Santiago y veo esta obra en la vitrina de una librería de la Calle Huérfanos que suelo visitar mensualmente. El impacto se debe a que mi estado convaleciente me ha descolocado un poco del sistema cotidiano. He perdido en cierto sentido la noción temporo-espacial y no sé en gran medida cual es el acontecer. No tenía idea que se había lanzado al mercado este trabajo literario y por ende tuve que “ponerme al día”.

Una vez que tengo el libro en mis manos procedo a leer ansiosamente. Leo aproximadamente 5 capítulos y la verdad es que recupero la emoción producida por Inés del Alma Mía. Sin embargo, me produce una enorme curiosidad conocer la opinión de nuestros afamados críticos chilenos de literatura.

La sorpresa no fue tan grande. El “chaquetismo y machismo chilensis” emprende el ataque una vez más. Mientras que en Berlín, Barcelona y Nueva York se celebra el lanzamiento, en nuestro país no hay más que una grotesca y lamentable burla.

En todo caso, la crítica de escritores chilenos “me importa una soberana raja! Siempre con sus argumentos violentos y reiterativos. En suma no es más que una manifestación en la cual se expele notoriamente la envidia por los logros alcanzados por Isabel Allende.


Cuando estuve en Buenos Aires fui testigo del éxito de Isabel Allende. Mientras viajaba hacia el hotel donde hospedaba un taxista me nombró casi todos sus libros. Incluso me narró fidedignamente La Casa de los Espíritus. En las librerías estaba agotada cada una de las ediciones. Yo quería completar mi colección y no pude hacerlo. Compré un libro de Ana Frank. En todo caso, en Argentina dicen que Isabel Allende es peruana. Por algo será.