domingo, 19 de agosto de 2007

¿Quién Dijo que las Chilenas y Chilenos Son Solidarios?

Siempre he cuestionado la asignación del rótulo “solidario” al chileno o chilena. Es algo que siempre he hecho y que no me produce ningún temor aseverarlo.

En los tiempos actuales, en los cuales se visualiza claramente la decadencia del Sistema Capitalista, la Hegemonía Norteamericana y el Proceso de Globalización, la organización de las sociedades y más específicamente, las relaciones contractuales están experimentando un sin número de transformaciones psicosociales.

El consumismo excesivo de bienes y servicios, la enajenación producto de los medios de comunicación, la falta de participación social, la ineptitud de la clase política, su correspondiente falta de compromiso social y el poder excesivo de los empresarios han configurado un nuevo escenario en el cual las personas interactúan y se proyectan.

A nivel macrosocial las personas tienen su vida determinada dependiendo del nido de gestación proveniente. Clase Alta con Clase Alta y Clase Baja con Clase Baja. Siempre he planteado que no existe Clase Media, simplemente hay gente adinerada y no adinerada. La ascendencia es extremadamente imposible. Sin embargo, existe una gran facilidad para descender. En este mundo es más factible ser pobre que ser acomodado.

La cronología y su correspondiente proceso socialización internaliza en nosotros valores, normas, costumbres y leyes que debemos externalizar durante nuestras relaciones. He mencionado algo muy trascendental y que me produce resonancia: los valores cono agentes motivacionales en este escenario psicosocial actual.

Defino simplemente los valores como “aquellas conductas físicas y/o mentales que se consideran como ideales en el marco de una cultura o subcultura”. Recuerdos fotográficos de mis interesantes clases de Sociología en la universidad.

Los valores se asimilan principalmente por imitación, lo que se denomina “Aprendizaje Social”, cuyo principal teórico y defensor es el Psicólogo Canadiense Albert Bandura.
Ahora me pregunto: ¿Cuáles son los valores que internalizamos durante nuestro proceso de socialización, contemplando además el contexto macrosocial?

Si pudiese mencionar cada uno de ellos creo que la lista sería interminable. No obstante condensaré algunas reflexiones que aparecen casi instantáneamente en mi flujo mental:

- Respecto de la Perspectiva de Género. Si tienes pene eres del género masculino. Debes ser fuerte, insensato, macho, pensante y futuro sostenedor de una familia. Si tienes vagina eres del género femenino. Debes ser delicada, sentimental, obediente y receptora de órdenes.

Sin embargo, esta realidad ha ido cambiando paulatinamente en la medida que se han realizado investigaciones y prácticas mediante las cuales queda claro la correspondencia intelectual entre hombres y mujeres. Se está luchando por el logro de la igualdad de condiciones desde la perspectiva de género, lo cual me parece extremadamente necesario.

No obstante, hay un escrito (mural) en la vereda norte, en la intersección de Alameda Con Manuel Rodríguez (Metro Los Héroes) que dice más o menos así “El Machismo Mata y Dos Años de Bachelismo te Hacen Mierda”. ¡¡¡Perdón, pero está muy bueno!!!

- Respecto de la Clase Social de Procedencia. Si eres adinerado debes mantener la misma línea. Si no lo logras, a pesar de todas las facilidades que tienes, serás una vergüenza para la familia y un verdadero fracasado.

- Respecto de la Naturaleza Ecológica. Valores rurales y urbanos distan demasiado. Se visualiza perfectamente en los estilos de vida de los campesinos en comparación con los citadinos.

Finalmente existe un valor que es nodular y que trasciende a los aspectos antes mencionados: es el valor del éxito económico personal.

Todos luchamos día a día por dinero. Mientras más dinero ganamos, más importantes creemos ser. Nos da “status”. Si tienes éxito económico eres apto, de lo contrario mejor vete a vivir de ermitaño a una montaña.

Estudias no tanto por realización personal y vocación, lo haces por la riqueza que podrás obtener ejerciendo tu profesión u oficio.

Resultado de todo este simple e invisible proceso: cada vez más se potencia y autopotencia ser exitoso, lo cual tiene arraigado consigo el individualismo y la competitividad. Aquel “mundillo personal con límites rígidos” donde impera sólo nuestra conveniencia.

En una economía como la nuestra, producto de la intervención de los “Chicago Boys” a finales de los años 70 y principio de los años 80, se potencia cada vez más la obtención de capitales a nivel personal o asociativo.

A partir de lo expuesto, si mi meta es el éxito económico, ¿Me interesa la situación de quien está a mi lado? Seamos honestos y honestas.

A modo de ejemplo, quiero citar algunos eventos que me producen cierta disconformidad respecto a nuestra “particular solidaridad”:

- Tenemos una solidaridad forzada. 24.500-03!!! La TELETÓN. La canción está tan arraigada en ti que al parecer naces sabiéndola.

- Somos solidarios por conveniencia. Si damos una moneda, nos hemos ganado el cielo y somos buenas personas. Compramos nuestra tranquilidad. La gente adinerada por lo general hace obras de caridad para ser mejores cristianos.

- Nuestra falsa superioridad nos daña. ¿Cuántas veces hemos tirado mierda a los peruanos y peruanas que viven y trabajan en nuestro país?. Incluso a los y las Mapuche.

- Te mueres de envidia si a un compañero o compañera de trabajo recibe felicitaciones de parte del o la jefa. Te alegras si esa misma persona es amonestada luego de un tiempo. No es simplemente tu problema.

- Llueve y hace mucho frío. ¡Qué bueno que exista el Hogar de Cristo para que ayuden a esa gente! Y tu donas 3 o 4 pesos cada vez que compras en el supermercado. ¿Tan poco vale la vida de una persona?

La verdadera solidaridad, favorece el desarrollo de los individuos y está fundada principalmente en la igualdad radical que une a todos y todas. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, género, credo, nacionalidad o partido.

Y tú ¿Eres solidario o solidaria?